Estaba en un cuarto semi oscuro, la única luz provenÃa de una lámpara parpadeante.
Su madre, en la penumbra, le tendÃa un papel arrugado.
“¡Mira!”, dijo, “me están robando”.
La ira lo invadió de inmediato.
Zapateó con rabia, un sonido sordo resonó en la habitación.
“¿Por qué siempre desconfÃas?” preguntó, con voz llena de enojo.
En una esquina, su hermana menor, se acurrucaba en sà misma, sus sollozos apenas eran audibles.
La factura, ese pedazo de papel insignificante, se habÃa convertido en detonante de su ira.
No podÃa aceptar, que hubiera tanta desconfianza, una enfermedad psicológica !!!
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