Esperaba ansiosamente que su ex esposa regresara, con su hija de pocos meses.
Envuelta en una vieja bata, ella se acercaba hacia él, con una sonrisa en su rostro, mientras llevaba en brazos una muñeca de porcelana.
Su hija, la pequeña Sole, había sido reemplazada por una muñeca de porcelana.
La desconexión con la realidad, se había manifestado en toda su crudeza, arrastrando a todos hacia el abismo.
Él quedó inmovilizado en un mundo que no podía cambiar.
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