Comision inspectora














La sala de reuniones parecía un escenario improvisado, donde la comisión inspectora actuaba con precisión impenetrable. 


Él estaba allí, convocado por su experiencia. Le pedían opinión de vez en cuando, no tanto por valorarla, sino para confirmar que seguía allí, presente. 


Mientras tanto, alguien repartía algunos objetos. como: tarjetas, souvenirs, piedras. 


La conversación avanzaba, pero sin dirección. Un experto mencionó millones de documentos, todos almacenados, imposibles de ver, y la forma correcta de acceder a ellos se convirtió en el eje de un discurso caótico. 


No había manera de seguir el rastro entre las palabras, que se dispersaban como polvo. 


La reunión terminó, no con una conclusión, sino con una disolución silenciosa. Todos se levantaron.


Afuera, buscó al experto, aquel que le daría respuestas esperadas. Pero no había nadie. 


Quería respuestas, pero el vacío se lo tragaba. 


Supo entonces que el experto jamás había existido.

Comentarios

Alex dijo…
Es verdad!!! Siempre y cuando los demás no lo sepan!! jaja

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